Por Jen Christensen (CNN) — Sheldon Shiraki se sienta en la barra del moderno restaurante Fritti en Atlanta, para beber alegremente un cóctel frío. Al preguntársele cuántas bebidas serían necesarias para que el gobierno lo considerara un "bebedor empedernido", él se ríe. "No sé —quizás de 25 a 30 bebidas", dice Shiraki. "¿Al mes?", pregunté.

Leer más de esta entrada